Por LV
Es un hecho incontrovertible que el líder de los empresarios turísticos del país es Frank Rainieri, estando todos los demás de República Dominicana a considerable distancia en facturación, número de empresas, reconocimiento social, político y mediático. Aquí desvelamos las claves de un éxito, su éxito, que ha trascendido más allá de Punta Cana. Rainieri es para el país algo más que el impulsor del principal destino turístico de República Dominicana y uno de los más importantes del Caribe. Las revistas Mercado y Forbes sitúan al presidente del Grupo Puntacana entre los siete personajes más influyentes de República Dominicana, a la altura de los Vicini y los Corripio, y responsables de destacadas instituciones. Como otros tantos notables del turismo mundial, Frank Rainieri es un self-made man, un hombre hecho así mismo. Él no estudió en grandes escuelas de negocios, ni pasó por Harvard, ni tiene colgado en su despacho títulos de MBA. Triunfó a base de lucha, instinto y valentía, tal cual colegas como los presidentes de Meliá y Barceló. En Rainieri hay algo más que el olfato, el gen visionario y la pasión por el trabajo que comparte con sus competidores locales e internacionales, y es la cercanía con la gente, con sus clientes y con la clase política. Una sencillez que compatibiliza con personajes tan mundialmente famosos como la familia Clinton, sus grandes amigos. Un ejemplo clarificador acerca de su forma de ser lo encontramos sin ir más lejos en el evento de confraternización que organiza anualmente con los propietarios de las villas del resort. No hay otro empresario, aquí y en el mundo, que los reciba, atienda y cuide como él. Ninguno de sus competidores se comporta de igual manera. Como él y como su familia. Porque la familia al completo está volcada con los clientes, con los empleados y con sus invitados. Mención aparte merece el vínculo con los trabajadores, a los que ha ofertado unas viviendas muy dignas a precio preferencial en un proyecto habitacional próximo a Verón. A sus empleados en primer lugar, pero también al resto de los empleados de otras empresas. El propietario del principal aeropuerto del país es tan de trato afable con la gente –incluso con el competidor– como tenaz y persistente. El poder que ostenta, reconocido en todos los ámbitos, se lo ha ganado a pulso por su carisma, su fortaleza y su mano izquierda para los negocios. Y, por supuesto, no se achica ante los grandes retos.
Su lema, tanto para el trabajo como para la vida, es caminar sin prisa pero sin pausa. Paso a paso, con estas claves, ha conformado un grupo de empresas de relevancia en el sector turístico y en otros negocios que lo convierten en un líder nacional al que pocos le tosen, ni siquiera cuestionan. El brazo de su poder es muy alargado.
4 Comments
Mariela Vicini.
7/18/2016 03:31:08 pm
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José Carrasco
7/18/2016 10:25:14 pm
Todo un ejemplo! Totalmente fuera de serie y al nivel dw los más grandes! Mis repetos. Ahh: y Dominicano!!
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Jovanny peguero
7/19/2017 07:32:34 am
Un ejemplo a seguir la perseverancia su enfoque su sencilles y su disciplina lo han llevado a ser mas que exitoso.
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